Buscando paz, Dani Alves confesó que mintió "sin importar" las consecuencias del abuso sexual
A pocos días de cumplirse los primeros cinco meses de la detención de Dani Alves, el futbolista concedió su primera entrevista con el objetivo de ofrecer su versión de los hechos ocurridos la noche del 31 de diciembre de 2022, cuando fue acusado de agredir sexualmente a una joven de 23 años en el baño de la discoteca Sutton en Barcelona.
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El exjugador del Barcelona habló con La Vanguardia desde el módulo de comunicaciones de Brians 2, donde ha pasado los últimos meses. Durante la extensa conversación, que duró casi dos horas, el brasileño también aprovechó para disculparse ante la única mujer a la que pudo haber lastimado: su aún esposa, Joana Sanz.
"He decidido conceder esta entrevista, mi primera desde que estoy aquí, para que las personas sepan lo que pienso. Quiero que conozcan la historia tal como la viví aquella madrugada en el baño. Hasta ahora se ha presentado una narrativa llena de miedo y terror, que no tiene nada que ver con lo que sucedió ni con lo que hice", comenzó Alves.
"La mujer con la que me casé hace ocho años, con quien aún estoy casado y con quien espero pasar el resto de mi vida. Ya le pedí disculpas personalmente aquí, en la prisión, pero debo hacerlo públicamente porque la historia es pública, la ofensa es pública y ella merece esas disculpas públicas", continuó.
"Estos han sido, están siendo y serán días muy difíciles para ella. Le agradezco todo lo que está haciendo por mí. No es fácil su papel. La quiero y durante mi tiempo en prisión he reflexionado mucho sobre nuestro matrimonio. Estoy seguro de que no me equivoqué al elegir a Joana como mi esposa, aunque quizás ella sí se equivocó al elegirme a mí", lamentó Dani Alves.
Al hablar sobre lo sucedido esa noche, Alves relató lo mismo que había declarado ante la fiscalía en su última versión. Afirmó que acordó mantener relaciones sexuales en el baño de la discoteca con la joven de 23 años y enfatizó: "Solo ella y yo sabemos lo que sucedió y no sucedió allí dentro. Tengo la conciencia tranquila acerca de lo ocurrido en aquella madrugada en el baño del reservado de la discoteca Sutton. Lo que ocurrió y lo que no ocurrió. Y lo que no ocurrió es que yo obligara a esa mujer a hacer algo que no quería".
"Llegamos al Sutton, a la mesa que nos asignaban con frecuencia, y como siempre, el responsable del VIP se acercó para preguntarnos si queríamos conocer a alguna chica. Eso solía ocurrir cuando yo no iba con mi esposa. Le dije que sí y se acercaron dos chicas. Sin embargo, nos incomodó que quisieran tomarse fotos. Les pedimos que se fueran. En ese momento, tres jóvenes pasaron frente a nuestra mesa y nos miraron, nosotros también las miramos. Estaban con unos mexicanos que me reconocieron. Ellas no dejaban de mirarnos. Le pedimos al camarero que les preguntara si querían acercarse, y vinieron. Nosotros teníamos champán y les ofrecimos pedir cualquier cosa que desearan. La joven con la que tuve problemas comenzó a bailar muy cerca de mí. Yo no me aparté", explicó Alves sobre el primer encuentro.
"Luego le propuse ir al baño. Lo hice porque sabía dónde estaba el baño. Llevábamos un rato bailando muy cerca. No nos besamos ni nada por el estilo, pero era evidente por nuestros movimientos y miradas que había atracción", admitió el futbolista, agregando: "Hablamos, sí, pero de trivialidades de la noche. Nada importante. Pero llegó un momento en que nos acercábamos mucho. Estábamos en un lugar público y aunque mi amigo Bruno se colocó delante de nosotros para evitar que nos tomaran fotos, le propuse ir al baño. Le dije que entraría primero y la esperaría".
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Cuando se le preguntó sobre la sala de arriba que tenía a su disposición, Alves respondió: "Es un espacio sin privacidad, todo está abierto y yo estoy casado. No podía hacer lo que estaba haciendo. Entré primero al baño y después de un tiempo pensé que ella habría cambiado de opinión y que no entraría. Estaba tardando mucho. Estaba a punto de salir cuando la vi acercarse. Me aparté, pasó junto a mí y luego entró al baño. Yo entré detrás de ella. No cerré la puerta con pestillo. Sabía que Bruno estaba afuera vigilando para que nadie entrara. Mi amigo sabía lo que estábamos haciendo".
"Ella nunca me pidió que me detuviera, ni hizo ningún gesto para irse. La puerta estuvo abierta todo el tiempo, podría haberse ido porque yo permanecí sentado prácticamente todo el tiempo en la tapa del inodoro (...) y el arañazo se debe a que estaba de rodillas mientras me hacía una felación. No hay ninguna marca en su cuerpo que explique la violencia con la que ella afirma que la traté en el baño", continuó.
"Esa madrugada, cuando la mujer con la que tuve problemas salió del baño detrás de mí, me quedé un rato junto a nuestra mesa. No estuve mucho tiempo porque era tarde. Estaba con mi amigo Bruno y otras personas se me acercaron antes de irme. Cuando abandoné la discoteca por el pasillo de salida, después supe por las imágenes que pasé cerca de donde la mujer estaba llorando. Yo no la vi. Si la hubiera visto llorar, me hubiera detenido para preguntar qué le sucedía. Y en ese momento, si algún responsable de la discoteca me hubiera pedido que me quedara porque una joven afirmaba que la había agredido sexualmente, no me habría ido a casa. Esa misma noche me habría presentado en una comisaría para aclarar lo ocurrido", afirmó.
Respecto al hecho de que la supuesta víctima lloró después de abandonar el lugar, el futbolista consideró: "Se me ocurre que alguien la aconsejó mal. Tal vez se sintió mal después de hacerlo, dio un paso adelante y luego no supo cómo salir del lío en el que se metió, y en el que me metió. Apelo a su conciencia. No ha habido una sola noche en la que no haya dormido tranquilo. No una sola noche. Tengo la conciencia tranquila. Nunca he hecho daño a nadie intencionalmente. No sé si ella tiene la conciencia tranquila, si duerme bien por las noches. La perdono, sigo sin entender por qué hizo todo esto, pero la perdono".
"Regresaba a México dos días después para jugar, y en algún medio de comunicación se publicó que una joven acusaba a Dani Alves de agresión sexual. Llamé a mi abogada, Miraida Puentes. Ella consultó con los Mossos y en los juzgados, y me aseguró que no había ninguna denuncia y que podía viajar y salir de España con total tranquilidad. Por eso me fui", detalló.
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Posteriormente, se le preguntó sobre las diferentes versiones que había dado ante la fiscalía, cada una muy distinta de la otra: "Si alguien ha amado de verdad alguna vez, si ha experimentado, como yo, el amor verdadero, sabrá que uno hace cualquier cosa para conservar ese amor. Y yo mentí. Tenía miedo de perder a Joana y por eso mentí. Luché desesperadamente por salvar mi matrimonio de una infidelidad, sin importarme las consecuencias que estoy sufriendo".
"Mentí, pero en cuanto pude contarle a mi esposa lo que realmente sucedió esa noche y le pedí perdón, quise declarar de nuevo y contar la verdad. Tengo claro que todo esto que estoy viviendo es una pesadilla. Espero que algún día termine", concluyó.