Una familia mendocina planeaba mudarse a Uruguay, la pandemia frenó su sueño y ahora necesitan ayuda

Romina Quiroga (30) y Lester Acuña (31) son una pareja de mendocinos que hace 4 años se mudaron a Puerto Madryn, provincia de Chubut, lo que significó un gran salto en sus vidas. Amantes del movimiento y con un gran espíritu aventurero, a principio de este año empezaron a preparar sus cosas para continuar su vida en Uruguay, pero la inminente llegada de la pandemia frustró sus planes.

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"Si vamos a emprender vuelo, salgamos del país" le dijo Romina a su esposo, según su historia publicada en Infobae. Un día vieron un anuncio en la televisión sobre que el país vecino incentivaría la llegada de miles de argentinos para instalarse dentro de sus límites: "Nosotros somos muy creyentes y un día después de haberlo charlado escuchamos eso en el noticiero, nos miramos, sonreímos y dijimos ‘démosle para adelante'. Esa era la señal que necesitábamos", coincidieron y agarraron viaje.

En 2016 se mudaron a Chubut y ahí se las arreglaron para conseguir sus trabajos, casarse y tener su segunda hija, que al día de hoy tiene 3 años. Además pudieron comprarse su primer auto.

"Consideramos que ya habíamos cumplido una etapa. Imaginate que cuando llegamos a Madryn nos fuimos a vivir en un ranchito dentro de un asentamiento y después terminamos alquilando una casa", comentaron.

A principio de 2020, se dedicaron a organizar su travesía, como hacer para instalarse y conseguirle escuela a sus hijas. Tras vender todo lo que tenían juntaron $50 mil que según sus cálculos, les alcanzaría para alquilar algo en Montevideo.

El primero de marzo partieron desde Madryn, pasaron por Mendoza a buscar unos papeles y partieron hacia Buenos Aires, donde esperaban cruzar en ferry:"Tuvimos que cambiar de planes porque nos pedían $6 mil por el auto y $3 mil a cada uno. No podíamos gastar toda esa plata y más teniendo en cuenta que con $5 mil de nafta podíamos hacerlo de manera terrestre", comentaron en la nota.

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La validez de sus certificados de nacimiento atrasó un poco el traslado y eso fue suficiente para tirar abajo todo un sueño. Días después, comenzó a regir la cuarentena obligatoria en todo el país y Romina, Lester y su familia, quedaron varados en Buenos Aires. 

Pasaron noches durmiendo en el auto o en estaciones de servicio, hasta que un día un matrimonio que conocieron se conmovió con su historia les permitió tender una carpa en el fondo de su casa, en la localidad de Temperley, hasta que pasara la cuarentena.

"El aislamiento se fue extendiendo y ya no podíamos seguir abusando de su generosidad. Empezamos a gastar nuestros ahorros, estábamos desesperados buscando un lugar donde vivir. Los vecinos fueron muy solidarios con nosotros. Nos acercaron comida, ropa y frazadas", comentó Lester.

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Buscando un lugar para vivir, arribaron al Club Temperley donde había un comedor y allí conocieron a una mujer que les ofreció alojarse en una mutual que ella preside: "Nos convertimos en una especie de caseros del lugar", contaron.

Ahora, para pagar los servicios que consumen se encargan de vender empanadas, pero no es suficiente: "Paola toma los pedidos en el barrio y nosotros cocinamos y hacemos las entregas. Luego de pagar las boletas, con los pesitos que nos quedan vamos tirando en la semana y tratamos de subsistir", señaló Romina.

"Sabemos que no hay vuelta atrás. La idea es seguir aguantando. La pasamos feo cuando llegamos y si pudimos vencer eso, sabemos que lo viene tiene que ser mejor", sentenció Lester, quien se ofrece en el barrio para hacer tareas de albañilería, jardinería o changas de cualquier tipo. Actualmente buscan la manera posible de subsistir y salir adelante, por lo que reciben cualquier tipo de ayuda comunicándose al 0280-15402-6597.