Falleció O.J. Simpson: cómo pasó de ser un deportista consagrado a cometer un sangriento crimen
O.J. Simpson, quien en su momento brilló como uno de los más grandes ídolos de la NFL, falleció este jueves, dejando tras de sí un legado marcado tanto por sus logros deportivos como por sus escándalos judiciales.
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Simpson, que podría haber sido recordado como una leyenda del deporte, es visto por muchos en Estados Unidos principalmente como un asesino, a pesar de haber sido absuelto en un mediático juicio penal.
Simpson se casó con Nicole Brown el 2 de febrero de 1985, después de retirarse del fútbol americano, donde había destacado con los Buffalo Bills y los San Francisco 49ers, obteniendo el título de MVP de la temporada en 1973.
La pareja tuvo dos hijos, Sydney Brooke y Justin Ryan Simpson, y se divorció en 1992 citando diferencias irreconciliables. Durante su matrimonio, Simpson fue investigado en varias ocasiones por violencia doméstica.
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El 12 de junio de 1994, Nicole Brown y Ronald Goldman fueron encontrados muertos a puñaladas en la casa de ella. Cuando la policía fue a informar a Simpson sobre el asesinato, encontraron su Ford Bronco con manchas de sangre y Simpson inexplicablemente ausente, lo que condujo a una notoria persecución televisada con decenas de vehículos policiales y helicópteros, seguida en vivo por cerca de 95 millones de espectadores.
Aunque el juicio por estos asesinatos terminó en un veredicto de no culpabilidad debido a la falta de pruebas concluyentes, en un juicio civil posterior, Simpson fue encontrado responsable del doble homicidio y condenado a pagar 33.5 millones de dólares a las familias de las víctimas. Sin embargo, no fue encarcelado por estos hechos.
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Simpson regresó a la cárcel en 2007 después de ser acusado de liderar un robo a mano armada en un hotel de Las Vegas, con el fin de recuperar objetos de coleccionista que afirmaba eran suyos. Fue condenado a 33 años de prisión, pero fue liberado bajo libertad condicional en 2017 después de servir nueve años, debido a su buena conducta.
En los últimos años de su vida, Simpson vivió en Nevada, manteniendo un perfil bajo y dedicándose al golf. A pesar de los controversiales episodios de su vida, Simpson afirmó haber pasado página y concentrarse en aspectos más positivos, disfrutando del tiempo con su familia y evitando reabrir las heridas del pasado.