SPUNC II: la historia detrás de la estafa con la promesa de viviendas

Un mendocino que vive en Estados Unidos le vendió el terreno del SPUNC II, pero no le terminaron de pagar. Denuncia que fraguaron su identidad para una venta falsa. La historia.

En una punta de la historia, cientos de familias que pagaron
por un terreno y un supuesto plan de vivienda qu e nunca se concretó. Del otro
lado, un mendocino que vive en Nueva York y que era el dueño original de uno de
esos terrenos. En el medio el sindicato SPUNC, el fideicomiso NORSI y la
empresa RAD, acusados por ambas partes por estafa.



El escándalo por los planes truchos de vivienda del
Sindicato del Personal de la UNCuyo genera sorpresas. Documentos falsos,
testaferros, denuncias penales cruzadas y, como resultado, el sueño de la casa
propia esfumado.



La historia de la primera estafa comienza en 2008, con el
llamado loteo SPUNC II. Carlos Alberto Rodríguez es un mendocino que vive en
Estados Unidos desde la década del 70. En la provincia le habían quedado
propiedades heredadas que guardó como “ahorro” para el futuro. Rodríguez se
gana la vida conduciendo un colectivo para niños con discapacidad en Nueva
York.



En 2008 Rodríguez comprometió la venta de uno de sus
terrenos al SPUNC para que desarrollara un plan de viviendas. El acuerdo era
pagar una parte de contado y el resto en cuotas. En paralelo el sindicato
comenzó la oferta de esos lotes, asegurando que los afiliados pagarían la mitad
del valor y el resto lo haría el IPV.



El problema comenzó cuando el SPUNC incumplió el resto de
los pagos y, en paralelo, aparecieron otros actores. En 2011, negociaban el
pago de la deuda con el sindicato universitario. Pero aparece otro ingrediente:
en el mismo año el terreno en cuestión es nuevamente “vendido”. Lo curioso es
que quien figura como vendedor es el mismo Rodríguez a través de un apoderado
llamado Armando de Jesús Leiva. Según esa versión Rodríguez volvió a vender el
lote de más de 3 hectáreas al fideicomiso NORSI. La supuesta transacción se
hizo en Buenos Aires el 28 de diciembre del 2011. Y por eso el SPUNC denunció a
Rodríguez por supuesto fraude. Claro, aparentemente había vendido dos veces el
mismo inmueble.



Sin embargo no todo es tan claro, pues según consta en los
expedientes judiciales esa venta se hizo fraguando la identidad del propio
Rodríguez: el poder entregado al apoderado que firma el contrato tiene firmas
falsas, aparece un DNI trucho y hasta una foto distinta a la del “real
Rodríguez”. Los peritos caligráficos oficiales confirmaron que la firma no
coincidía de ninguna manera.

[destacada]Fraguaron la identidad del dueño del terreno y simularon una reventa, usando un DNI falso[/destacada]



El tema es que NORSI y el SPUNC también formaron su
sociedad: el sindicato le transfirió todos los derechos sobre el inmueble y era
el fideicomiso quien manejaba las operatorias. Recién en 2013 comenzó a
blanquearse esa situación a las familias que habían pagado por sus casas. "Los legisladores, la justicia y en la gobernación saben de ésto porque lo informamos", aseguró Carlos Varela Álvarez, uno de los abogados de Rodríguez. 



Con esa empresa hay otra perlita. En el expediente penal
figura el supuesto titular de NORSI admitiendo que es un testaferro. Se trata
de un hombre de apellido Romero que dijo textualmente que “le hizo una
gauchada” a un cliente del bar que atendía al firmar unos papeles. Esos papeles
eran los de la constitución del fideicomiso y también de la transacción por la
supuesta compra de terrenos. Rodríguez pidió la nulidad de esa venta en la justicia. 

[destacada]Denuncian que hay más de $5 millones que no se sabe a dónde fueron a parar[/destacada]



Según la denuncia de Rodríguez, a través de los abogados Varela Álvares y Alejandro Acosta, las familias que compraron de buena fe los lotes ofrecidos por el SPUNC
pagaron 6,9 millones de pesos. Pero al propietario del terreno llegaron 1.498.920
pesos. “SPUNC-RAD han desviado esa suma de $5.401.800 a otros fines que no sean
los propios del ese loteo”, denuncian en el escrito que entregaron en la
Legislatura.