Fuerte relato: 7 años después logró contar que fue abusada en el viaje de egresados de Bariloche

Una chica contó el calvario que vivió durante todos estos años desde haber normalizado la situación, recibir amenazas y el tratamiento que debió realizar.

Débora Ferrari vivió un calvario que pareció ser eterno. Fue violada en el viaje de egresados de Bariloche y, con 24 años y siete después de haber sufrido el abuso sexual por parte de sus compañeros de curso, se animó a contarlo en las redes sociales. Su estremecedor relato se volvió viral.

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"Ya no tengo miedo y estoy cansada del silencio. Hoy digo basta por mí y por todas", expresó en su cuenta de Instagram @deeboferrari. La publicación sumó muchísimos comentarios de apoyo en cuestión de segundos y es compartida por miles de chicas.

En diálogo con una radio local, Débora profundizó su relato y dio detalles aberrantes de la situación que le tocó vivir. "A Bariloche me fui con mis compañeros de curso y con chicos de otras escuelas también. Esa noche tomé champagne y me sentí perdida", explicó.

Débora explicó que el abusador se acercó a ella y le ofreció llevarla al hotel, pero no entraron a su habitación. Allí vomitó en el baño y luego se desmayó. "Me desperté a las 8 en mi cama, sin bombacha. Recuerdo que mis amigas me contaban que ellas me llevaron hasta mi habitación", puntualizó.

"Las demás noches no quería salir, solo quería volver a mi casa. Me daba vergüenza no saber qué había pasado", agregó.

EL RELATO COMPLETO

Hoy lucho, por mí, por las demás y sobre todo para que ninguna situación de abuso vuelva a ocurrir.

Hoy tengo la fuerza y el valor para contar mi historia. Hace 7 años (Sí, 7 años) me violaron mientras estaba en mi viaje de estudios, a raíz de un coma alcohólico. (Si, también, una persona, mientras yo estaba totalmente desmayada, abusó de mí).

Me costó un proceso interminable, no entendía que había pasado y en el momento (2015) lo normalicé.

Después, llegaron las enfermedades. Depresión, ansiedad, ansiedad social, parálisis del sueño, y una angustia interminable. Pesaba 40kilos, las ganas de seguir adelante eran nulas. No sólo me habían arruinado el viaje de estudios, sino la vida. La impunidad era tan grande que me cruzaban en los boliches y me amenazaban con que tenían fotos íntimas, seguidas de morbosidades como "no te preocupes, la tenes peladita". Fue realmente un infierno.

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Hoy por hoy, y después de años de tratamientos psicológicos con sertralina y clonazepam, puedo decir que estoy BIEN.

Ya no tengo miedo. Estoy cansada del silencio. Hoy digo basta, y repito, por mí, y por todas.

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