Furor por el delivery que llegó a una casa a dejar empanadas y se quedó a festejar el título
Es una de las historias de Argentina campeón de América. Un delivery llegó a una casa a repartir empanadas cuando faltaban un puñado de minutos para el final del partido, se quedó a verlo invitado por el dueño de casa y el festejo se volvió viral.
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Se trata de Jorge Villalba, quien es el protagonista de esta divertida y emocionante historia. A bordo de su Yamaha FZ L roja y negra había ido de casa en casa por Puerto Madryn, Chubut, cumpliendo con su trabajo y sin ver ni un minuto del partido entre Argentina y Brasil.
Eran las 21.20 cuando el gol de Di María lo agarró en la calle: los gritos salieron de cada casa y a él se le generó bronca y felicidad al mismo tiempo. "Me quería matar porque no lo podía ver", aseguró.
Villalba tiene 50 años y es papá de 5 hijos. Trabaja para RG Cadetería, una de las principales empresas que presta este servicio en el sur del país. "Sabía que por mi trabajo era muy difícil poder verlo. Me he perdido casamientos, cumpleaños, Día del Padre, el nacimiento de una nieta", reveló.
A las 22.30, cuando Argentina-Brasil entraba en el tramo final, Jorge Villalba entró a La Tercera Docena para retirar empanadas que debía entregar en una casa cercana, a seis cuadras. "Ahí vi los primeros minutos del partido, la pasábamos mal y pensé que era mufa", sostuvo el delivery.
Cuando llegó con el pedido listo a la casa de Genero Donati, un joven de 25 años que veía el encuentro con 10 amigos, todos de su edad. Las 11 personas había repetido a modo cábala el paso por paso de los partidos anteriores: juntarse todos, respetar los lugares, pedir 6 docenas de empanadas al mencionado lugar y esperarlas durante le encuentro.
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"Me abrieron y estaban todos en otra, mirando el partido", explicó Jorge. "Nos dimos cuenta que en cierto punto él se perdía el partido por nosotros, entonces le pedimos que se quedara hasta el final. Es lo mínimo que podíamos hacer", explicó el dueño de casa Donati.
Tras recibir la invitación, puso candado a su moto y entró, se quedó hasta el final con casco y barbijo y festejó con el grupo un momento imborrable de la historia del fútbol argentino. Era un amigo más en ese momento que todo el equipo nacional abrazaba a Messi en el Maracaná.
"Me dieron el triple de propina, pero yo estaba muy feliz por ver a Argentina campeón ahí. Cuando salí de la casa, llamé a mi esposa para contarle lo que me había pasado", cerró.
Habló Messi y le dedicó unas sentidas palabras a sus compañeros