Diana Mondino pone paños fríos al conflicto con Colombia y México: "No afecta a las relaciones"

La ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, hizo su primera declaración pública en relación a las recientes disputas diplomáticas surgidas entre Argentina, Colombia y México. 

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Estas tensiones, originadas por declaraciones de los presidentes Javier Milei, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador, han llevado a la funcionaria a buscar desescalar el conflicto.

Mondino destacó que las diferencias actuales no afectarán las relaciones a largo plazo entre las naciones involucradas. En conversación con TN, la Canciller enfatizó la importancia de distinguir entre las opiniones personales de los líderes y las relaciones diplomáticas estatales. "Las cuentas son personales", afirmó, subrayando que los lazos entre países superan las perspectivas individuales de sus presidentes.

El conflicto se intensificó cuando Colombia tomó la medida de retirar a su embajador de Argentina y solicitó la expulsión de los diplomáticos argentinos, tras declaraciones polémicas de Milei. Sin embargo, Petro y Milei han mantenido una postura firme en sus declaraciones, contribuyendo a la escalada de la tensión.

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Pese a ello, Mondino señaló un posible camino hacia la reconciliación, mencionando una declaración específica de Milei sobre el pasado de Petro, lo que podría indicar una apertura hacia el diálogo. La Canciller comparó la relación bilateral con un transatlántico que no cambia su curso abruptamente, insinuando la estabilidad y durabilidad de las relaciones internacionales.

Aunque aún no se recibió una comunicación formal de Colombia sobre el retiro de su embajador, Mondino expresó optimismo sobre la posibilidad de revertir la situación. Además, hizo hincapié en su enfoque profesional para destacar los lazos comerciales e históricos entre Argentina y Colombia, desmarcándose de las declaraciones de Milei y enfocándose en la continuidad de las relaciones diplomáticas.

Finalmente, la Canciller reiteró su deseo de reducir las tensiones, considerando que el conflicto no beneficia a ninguna de las partes involucradas. Con esta postura, busca garantizar que las relaciones entre los países puedan superar este impasse, priorizando la diplomacia y la cooperación a largo plazo.