Casi al borde de las lágrimas, esto dijo la joven que le hizo RCP a Fernando Báez Sosa
Virginia Pérez Antonelli, la joven que le hizo a RCP a Fernando Báez Sosa tras el ataque que terminó con su vida en Villa Gesell, declaró ante la Justicia.
"Pudo haber sido solo cinco minutos, pero fue como una hora", declaró ante el Tribunal que enjuiciará a los rugbiers por el homicidio del joven.
La joven estaba dentro del boliche y había salido porque había mucha gente. Ahí fue cuando la seguridad del lugar expulsó por la fuerza a uno de los acusados: Máximo Thomsen. Pérez Antonelli vio que un grupo de personas golpeaba a Fernando y ella se acercó a él cuando ya estaba en el piso. "Si alguien no tiene consciencia y no respira, hay que hacerle RCP", dijo ante la pregunta de la fiscalía respecto de su conocimiento, ya que ella se había capacitado al respecto en la Cruz Roja.
Según relató, un amigo de Fernando pedía ayuda a los gritos y ella se ofreció a hacerle reanimación cardio pulmonar. Lo que hizo unos minutos hasta que llegó el personal policial. "Yo le sostenía la cabeza a Fernando, le hablaba, le pedía que se quedara conmigo", recordó Virginia mientras los policías hacían la reanimación.
La fiscalía le consultó sobre su conocimiento para hacer RCP y ella explicó cómo debía hacerse y en qué circunstancia. También indicó que a los uniformados que le hicieron esas tareas a Fernando, ella les marcaba el ritmo de las compresiones: "Uno, dos, tres, cuatro....". Pérez Antonelli explicó que ella le hizo apenas unas pocas compresiones a Fernando, pero al ser ella "muy menudita", optó por dejar a los efectivos que arribaron a la escena.
El abogado de los rugbiers, Hugo Tomei, le preguntó nuevamente sobre sus conocimientos de reanimación y si no había riesgo de hacérselo a una persona a quien podía ocasionarle una lesión al mover el cuerpo: "Es mejor tener a una persona con la costilla rota y viva, que una persona muerta", le respondió la joven. El letrado desistió de seguir preguntando y dio por terminada la declaración. Antes de abandonar la sala, la joven le dio un abrazo a los padres de Fernando Báez Sosa.
Tras brindar sus testimonios, la joven habló con la prensa, y expresó al borde de las lágrimas: "Fue muy intenso porque hubo mucho ataque contra mí durante la audiencia, pero me esperaba que me dijeran 'fue tu culpa'".
"Yo sé lo que hice, estoy licenciada por la Cruz Roja. Lo que les dije en todo momento es que prefiero a alguien con una costilla rota y que esté viva a no hacer nada y que esté muerto", destacó Virginia, quién también sostuvo que siempre la cuestionaban o refutaban.
Al ser consultada sobre los acusados al momento de crimen indicó: "Son unas bestias y mentirosos", gritó, "todos lo son culpables por cómo le pegaron, todo lo que hicieron después y hasta por acusar a un inocente", agregó.
"Fue muy largo, hablé más que todos sobre el amigo de Fernando porque es lo que más pude ver, cómo le pegaban. Lo peor fue el después de la pelea porque estaba al lado de él. Había ido a Le Brique esa noche y en un momento decidí irme porque adentro había mucho quilombo. Cuando salgo había distintas peleas en todas partes y siempre gritaba que paren que ayuden", manifestó emocionada.
Poco antes de salir de la sala del TOC 1, Virginia relató que cuando se levantó vio que uno de ellos le sonrió "creo que era un Pertossi".
"Son unos cobardes de mierda, se fueron corriendo. No paraban de pegarle, todos son unos violentos hijos de puta", añadió.
Burlando estalló contra los rugbiers: "Son unos hijos de puta"
"Me armé un caparazón, soy dura, pero siempre les advertí que no me ataquen por ese lado porque sabía como defenderme. En un momento ayudé al Policía porque le estaba ejerciendo mucha presión. Ahí le agarré la cabeza a Fernando y lo miraba todo el tiempo para ver si reaccionaba o hacía algo", respondió sobre la foto que les mandó a los jueces donde se veía su mano llena de sangre.
Por último, la joven contó cuando se encontró con sus papás en el cuarto intermedio del juicio: "No había tenido la oportunidad de ver a los papás de Fernando y cuando los miré me acerqué y los abracé. Me dijeron que iban a estar agradecidos toda la vida conmigo".