El llamativo animal que descubrieron en Mendoza
En un hecho histórico para la conservación de la fauna mendocina, se logró capturar en imágenes a una corzuela parda (Mazama gouazoubira) en el departamento de Santa Rosa, Mendoza. Se trata de la primera vez que se tiene un registro fotográfico de este animal, que forma parte de la fauna protegida y que se encuentra amenazado por la pérdida de hábitat y la caza furtiva.
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El hallazgo fue posible gracias a un trabajo conjunto entre la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial, a través del departamento de Fauna Silvestre y la Reserva de Biósfera Ñacuñan, y los propietarios de campos privados, que colaboraron con el monitoreo y la instalación de cámaras trampa.
Según informaron desde la Secretaría de Ambiente, el objetivo del trabajo fue "constatar la existencia de una corzuela parda en territorio provincial", ya que se tenía conocimiento de su posible presencia, pero no se había podido confirmar hasta el momento.
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El director de Recursos Naturales, Sebastián Melchor, explicó cómo se realizó el operativo: "Uno de los ciudadanos entrevistados manifestó haber observado un grupo de cinco individuos, en diferentes ocasiones. El resultado de las cámaras trampas arrojó la imagen de dos individuos, días después. Lo cual confirma la información recibida y la presencia de la especie en la provincia".
La corzuela parda es un mamífero artiodáctilo, es decir, que tiene dos dedos en cada pata. Tiene un pelaje pardo rojizo con manchas blancas en el vientre y las patas. Su tamaño es similar al de un perro mediano y puede pesar entre 11 y 25 kilos. Se alimenta principalmente de hojas, frutos y semillas.
Su distribución geográfica abarca desde el sur de México hasta el norte de Argentina, pero su población ha disminuido considerablemente por la fragmentación y degradación de su hábitat natural, que son los bosques secos y las sabanas. También es víctima de la caza ilegal por su carne y su piel.