Declaró José Paulos: admitió que había consumido alcohol y aseguró que no iba a alta velocidad
José Paulos, es el médico que manejaba el auto que chocó de atrás al taxi en el que viajaba Luciana Montaruli y que tras el impacto perdió la vida. Este martes, declaró ante la justicia y de esta manera culminó la etapa testimonial del juicio que busca esclarecer el hecho.
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Paulos dio su versión de lo ocurrido en aquella madrugada fatal, hace casi tres años atrás. "Sí tomé alcohol pero no me sentía mal. Nadie que estuvo conmigo me dijo estaba en mal estado", expresó, según detallaron fuentes judiciales.
En ese mismo sentido, el galeno afirmó que no se había dado cuenta que llovía, y aseguró que no conducía con exceso de velocidad, aunque sí admitió que tampoco lo hacía con precaución y expresó: "no sentí necesidad de frenar".
Según él, fueron determinantes en la colisión unos tachos azules que se encontraban en el acceso y que lo obligaron a pegar un volantazo: "Cuando veo los tachos (en referencia a la obra en construcción que había en el Acceso Este) quiero ingresar a la derecha, ahí pegué un volantazo y choqué al taxi", agregó.
Paulos tuvo su momento de emoción y dijo sentir culpa y dolor por lo sucedido, tras el accidente vial que terminó con la vida de la joven Luciana Montaruli. Además, este martes, también declararon los peritos mecánicos que intervinieron en el siniestro y en sus conclusiones presentaron algunas contradicciones.
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El informe oficial de Policía Científica determinó que no se puede establecer la velocidad con la cual circulaban ambos vehículos. Por un lado, el perito de la parte querellante determinó que Paulos manejaba a 140 kilómetros por hora aproximadamente.
Para establecer ese número se basó en el informe satelital de la compañía de taxi que definió que ese rodado superaba los 90 kilómetros por hora, lo que le permitió establecer una relación acorde al impacto que recibió.
Sin embargo, el profesional que contrató la defensa también descartó un exceso de velocidad y atribuyó gran responsabilidad del accidente a la mala ubicación y señalización de los tachos que delimitaban la obra en construcción.