La conmovedora reacción de la elefanta Guillermina al darse cuenta que su madre Pocha se iba a morir
Luego de 5 meses de estadía en Brasil, la elefanta asiática pero mendocina por adopción, Pocha, murió en el Santuario al cual había sido trasladada junto a su hija Guillermina, según confirmaron desde el lugar donde ambas estaban alojadas.
"Con mucho dolor anunciamos la muerte de Pocha, todavía no sabemos la causa pero aguardamos la necropsia para saber qué pasó", indicaron en una publicación de Facebook.
Mucho dolor por la muerte de la elefanta mendocina Pocha en Brasil e investigan qué le pasó
El extenso anuncio de la muerte de la elefanta mendocina Pocha incluye un conmovedor relato de la reacción de su hija Guillermina, quien percibió que su madre se encontraba viviendo sus últimos momentos.
Según indicaron desde el Santuario de Elefantes en Brasil, "Guillermina, que estaba compartiendo los recintos cerca del cobertizo con su madre, golpeó mucho tiempo para llamar a sus amigos, quienes se podían oír contestándole. Una vez que abrimos las puertas para que las otras chicas pudieran entrar, Bambi, Mara y Rana ingresaron".
"Rana se acercó a Pocha y Guillermina por unos minutos y luego volvió con los otros. Después, Bambi se acercó pero se paró en la distancia, con los ojos un poco abiertos y mirando preocupado. Después de que Bambi volvió con las otras chicas, Mara vino y se quedó con Guille y Pocha", indicaron en el triste relato.
"Después de eso, una por una, las otras chicas volvieron, esta vez Bambi se acercó a Pocha oliéndola y acariciando su cara. Poco después de la medianoche, todos estaban en diferentes lados de Pocha, tranquilamente y relajados", explicaron desde el Santuario.
"Estaban teniendo uno de esos momentos de elefante que solo ellos entienden", revelaron.
"Justo antes de las 4 am, Maia también vino a quedarse con Guillermina. Cada chica estuvo cerca, algunas por más tiempo que otras, observando el cuerpo de Pocha con respeto", agregaron.
Luego, desde Brasil profundizaron que "los elefantes tienen la habilidad innata de comunicarse entre sí de formas que nunca entenderemos, y eso es lo que parecía estar pasando entre este grupo de compañeros de manada. En todos nuestros años trabajando con elefantes, nunca hemos visto este nivel de apoyo de una manada dada a otra durante un pasadizo".
Finalmente, explicaron las actitudes de Guillermina en los momentos finales de su madre Pocha: "Ella empezó a entender lo que le pasó a Pocha y fue muy amable con su madre. Lo tocó, la olió y acarició con su trompa, con cara de sentir que su madre ya no está. Si bien Guille no se posicionó completamente en el cuerpo de la madre (lo que a veces hacen los elefantes), ella maniobró muy suavemente sus patas sobre las patas delanteras de Pocha y se quedó allí por un tiempo".