Las dos causas que tiene Begoña Gómez, la esposa del Presidente de España

La visita de Javier Milei a España desencadenó una de las peores crisis diplomáticas entre Madrid y Buenos Aires en décadas. El presidente argentino calificó de "corrupta" a Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, basándose en informaciones publicadas en algunos medios recientes. 

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El gobierno español reaccionó de inmediato llamando a consultas a su embajadora en Buenos Aires e instando a Milei a retractarse.

La Justicia española abrió una investigación preliminar contra Begoña Gómez por supuestos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, tras una denuncia del sindicato "Manos Limpias", una organización de ultraderecha. Gómez firmó cartas de recomendación para empresas que obtuvieron contratos lucrativos con el Estado, aunque no hay pruebas concluyentes contra ella, por lo que no está imputada.

Begoña Gómez, de 49 años, es especialista en marketing, con un máster en Administración de Empresas. Trabajó en la recaudación de fondos para ONGs como Oxfam y Amnistía Internacional. Además, fue consultora comercial del Grupo Inmark hasta que Pedro Sánchez asumió la presidencia en 2018, momento en el cual pidió una licencia para evitar conflictos de intereses. Poco después, fue nombrada directora del "Africa Center" de la universidad privada IE de Madrid, cargo que mantuvo hasta 2022.

En cuanto a las denuncias, la primera proviene de "Manos Limpias" y se basa en una investigación sobre el trabajo de Gómez en el Africa Center con la empresa Wakalua, del grupo Globalia, propietario de Air Europa. 

Según el informe, Wakalua financió dos becas del Africa Center y pagó pasajes de avión para Gómez y otra autoridad en 2019. A través de su cargo, firmó cartas de apoyo a un empresario tecnológico para conseguir subsidios del Estado. El informe asegura que Gómez utilizó su posición para influir en acuerdos de negocios. 

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La segunda denuncia fue presentada ante la Sala Penal del Tribunal Supremo por la Asociación Europea de Ciudadanos Contra la Corrupción (AECC). Acusan a Gómez de "tráfico de influencias, complicidad por omisión y encubrimiento". 

Según AECC, algunas empresas beneficiadas mejoraron su facturación en casi "un 4.000 por ciento". Sin embargo, al igual que Manos Limpias, no presentaron pruebas concretas, solo señalaron "cartas de recomendación" como evidencia.