El reclamo de la Iglesia Católica tras la polémica escena de la ceremonia inaugural de los JJ.OO
La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París suscitó fuertes críticas por parte de la Iglesia Católica y figuras de la extrema derecha francesa, mientras que fue acogida con entusiasmo por la izquierda y miembros del gobierno de Emmanuel Macron.
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La Conferencia Episcopal francesa emitió un comunicado el sábado, reconociendo que la ceremonia ofreció "al mundo entero maravillosos momentos de belleza, de alegría, ricos en emociones y universalmente saludados". Sin embargo, lamentaron profundamente las "escenas de burla y mofa del cristianismo".
Los obispos recordaron a "todos los cristianos de todos los continentes que se han sentido heridos por la desmesura y la provocación de ciertas escenas", insistiendo en que la fiesta olímpica debe estar "muy por encima de los prejuicios de algunos artistas".
Aunque los obispos no especificaron una secuencia en particular, la controversia parece centrarse en una parodia de la última cena de Jesucristo, titulada "Festividad". Esta escena sustituyó a los apóstoles por drag-queens, una modelo trans y el cantante Philippe Katerine, casi desnudo y con atributos de Dionisos, el dios griego del vino y la fiesta.
La extrema derecha fue mucho más explícita y directa en sus críticas, acusando al gobierno de Macron de hacer propaganda de la ideología "woke". Marion Maréchal, eurodiputada, criticó duramente la ceremonia inaugural en un mensaje en su cuenta de X, condenando las imágenes de la reina María Antonieta decapitada, los besos de tríos, las drag-queens y la "humillación de la Guardia Republicana obligada a bailar con Aya Nakamura".
La cantante franco-maliense ha sido blanco de ataques por parte de grupos de extrema derecha desde que se filtró su participación en el evento, con pancartas despectivas circulando ya en marzo.
Marine Le Pen, líder de la extrema derecha, acusó a Macron de intentar "humillar al pueblo francés" al recurrir a Aya Nakamura. Laure Lavallette, diputada del partido de Le Pen, también criticó en su cuenta de X la parodia de la última cena, comparando una foto de esa secuencia con el fresco de Leonardo da Vinci sobre el mismo tema y cuestionando: "¿De verdad era necesario?".
La polémica en torno a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París refleja las profundas divisiones en la sociedad francesa sobre temas culturales y religiosos, y cómo estos se manifiestan en eventos públicos de gran envergadura.