Conservación de esculturas del Fader
La encargada de esta tarea fue la Escultora Patricia Aisum, trabajadora del museo, quien durante más de dos años se encargó de relevar, limpiar, señalizar y restaurar una serie de obras escultóricas ubicadas en los jardines, galerías, cava y depósitos del museo.
El relevamiento comenzó en el año 2008 y consistió en una observación directa de las obras, basándose en el fichaje anterior y en los mapas de los jardines del museo. De esa forma la escultora completó datos, corrigió, agregó fotografías y mejoró la presentación del catálogo de obras de la colección. Este procedimiento le permitió además realizar un diagnostico del estado de las esculturas, en el cual evidenció la presencia de moho, fisuras, faltantes de partes y de señalización.
De acuerdo al diagnóstico mencionado anteriormente, en lo referente a la señalización, la escultora, modeló placas de arcilla que luego fueron esmaltadas en blanco brillante, para ser colocadas en las bases de las esculturas del Museo Parque Norte y Sur y en las de las galerías Este y Norte. Mientras que las obras más pequeñas de Cava, galerías Norte y Este y depósitos 1 y 3, fueron señalizadas con placas de bronce. En todos los casos, las placas, señalan el título de la obra, el autor y fecha de realización.
Además llevó a cabo la limpieza de esculturas del Museo Parque y de las galerías. Algunas obras requirieron mayor atención como por ejemplo “La luz del corazón” de Gianni Ugo, a la que se le realizó un encerado; y “El monje” de Mario Alvarez Dewey, la que se montó en un pedestal de madera aglomerada.
Por último, la escultora realizó importantes restauraciones, basándose en su estudio previo del material, textura, color y deterioro, en las obras: “La pobladora” de José Cardona, “El Santito” de Roberto Trasobares, “Sillas de las Matruskas” de Miguel Gandolfo, “Sueños” de Federico Arcidiácono, “La bailarina” y “La llama de Arturo Gonzalez, “La llamarada” De Arturo Sassone y “Sin título” de Daniel Ciancio.