El crudo relato de una joven que estuvo a un paso de ser violada en un local comercial
Una joven de 18 años, que trabaja como comerciante en un local de zapatillas e indumentaria deportiva en Quimilí, Santiago del Estero, difícilmente olvide el terrible hecho que le tocó vivir el pasado lunes 25 de abril en un comercio céntrico.
Cerca de las 22:00, y en momentos que la chica se preparaba para terminar su jornada laboral, un hombre que vestía un buzo, capucha y gorra de color negro se le aproximó con la excusa de comprar un par de zapatillas. No buscaba calzado, lo que realmente pretendía, era abusar sexualmente de la vendedora. Para impedir el ataque, la víctima le arrancó una parte de la lengua.
Pese a que el caso ocurrió hace más de un mes, el hecho tomó notoriedad en las últimas horas, porque el fiscal Martín Silva pidió la prisión preventiva para el agresor de 21 años, al que acusaron de robo calificado por el uso arma blanca y abuso sexual simple.
De acuerdo a la declaración de la víctima, a la que tuvieron acceso los colegas de Infobae, la joven en un primer momento explicó que no quiso que el supuesto cliente ingresara al comercio.
"Le dije que vuelva mañana, que estaba cerrando", contó la víctima, pero el hombre insistió: "No puedo. Mañana viajo. Necesito comprarlas ahora. Tengo el dinero acá".
Lejos de imaginarse lo que ocurriría a los pocos segundos, la vendedora accedió al pedido del joven.
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En momentos que la chica revisaba el precio de las zapatillas, el supuesto cliente se acercó y sacó un cuchillo que tenía escondido en el buzo. Se lo exhibió y la amenazó para que no gritara, luego la sujetó violentamente del brazo derecho, apagó las luces y la llevó hasta el sector de los probadores.
Según las palabras de la joven, caminó hacia donde le pidió el atacante, quien iba detrás de ella y le apoyaba el cuchillo en el estómago: "Ahí le dije que se llevara mis pertenencias y el dinero de la caja, pero no quiso. ?Primero, te quiero a vos', me contestó. Luego, intentó sacarme la ropa. Empezamos a forcejear y me cortó el dedo anular de la mano izquierda. Yo me resistí, el cuchillo se cayó al piso, y él quiso besarme de una manera brusca".
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Y continuó: "Lo mordí tratando de defenderme. Solo sentía mucho asco de la situación", reveló.
Pese a haberse defendido, el abusador continuó de pie y arremetió contra la chica, a quien empezó a golpear en la cara y en la panza.
Posteriormente, el hombre se trasladó hasta la entrada del local y le exigió que le diera la recaudación, aunque no se la llevó. Solamente se hizo del celular de la joven y escapó corriendo.
El comercio tenía cámaras de vigilancia que captaron el momento del forcejeo, pero el hecho de que el agresor llevara capucha y gorra, complicó el trabajo de los investigadores.
"Lo identificamos a las pocas horas del hecho, gracias a un llamado que recibimos desde el hospital Hospital de Quimilí donde notificaron que había una persona con una herida en la lengua", contó al medio porteño uno de los pesquisas.
Tras detener al agresor, un grupo de efectivos se presentó en su domicilio y encontró el celular que le había robado a la víctima. También detectaron una remera llena de sangre que había descartado.
"El pedazo de lengua está freezado en la morgue del hospital. Tiene el tamaño de una moneda de un peso. La idea era cotejarlo con la sangre del joven, pero ya no va a hacer falta", explicó la fuente consultada a los colegas.
Por estos días, la joven está recibiendo contención y seguimiento de parte del Gabinete de Asistencia a la Víctima. Ayer, el Ministerio Público Fiscal de Santiago del Estero pidió, por pedido del fiscal Silva, la prisión preventiva del agresor por seis meses, hasta que el caso llegue a juicio. Al concluir la audiencia, el juez de Control y Garantías Rodolfo Amestegui, dispuso hacer lugar al pedido del fiscal y dictó la prisión preventiva.