El caso del femicida que mató a dos parejas en la cárcel: drama y una hija recién nacida
El caso de Gabriel Herrera, más conocido como "Chirete", fue uno de los que más marcados quedaron en la historia de Salta. Es que se trata de un femicida que asesinó a sus dos parejas de la misma manera, pero con 11 años de diferencia: en la cárcel cuando lo fueron visitar.
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Su primera esposa, Verónica Castro, lo fue a visitar el 23 de marzo del 2006 al penal de Metán, ubicado 160 kilómetros de la capital de Salta, donde Herrera cumplía condena por estafa y robo calificado. Junto a ella había formado familia y ambos eran padres de dos niños.
"Nosotros lo queríamos mucho al "Chirete". Vero se arregló, le compró zapatillas, le llevamos milanesas. Mis nietos estaban entusiasmados de ver a su papá, nunca pensamos que iba a suceder lo que ocurrió", contó a un medio local la madre de Verónica Castro, Angélica Jorge.
Angélica, su hija y sus dos nietos: César de 4 años y Gabriel de 9, emprendieron viaje a visitar al hombre con el entusiasmo de volver a verlo. Pero Verónica nunca volvió.
Después de hacer dedo para llegar a la cárcel -debido a que no les alcanzaba la plata para los cuatros pasajes- cuando llegaron Herrera les dijo que se sentía mal. Fue entonces que Verónica lo acompañó a la enfermería mientras su mamá y sus hijos se quedaron preparando la mesa para almorzar juntos en el área destinada a las visitas.
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Pero como la pareja no regresaba, Angélica salió al patio y lo vio a Chirete pasándole un billete a un guardia a través de la reja. "Chirete, ¿La Vero?", le preguntó la mujer. La respuesta del reo fue lapidaria: "Ya está, ya la maté a su hija'", recordó Angélica en una charla con TN.
Cuando miró, estaba su hija del otro lado de la reja agonizando. El niño de 9 años comenzó a los gritos: "¡Mataste a mi mamá, mataste a mi mamá"!. Pero cuando entraron los guardias ya no hubo nada que pudieran hacer para salvarla. La mujer había sido ahorcada.
Segunda muerte, mismo método
Pasaron los años y Herrera volvió a encontrar el amor, a pesar de que el caso fue muy conocido a nivel país y sobre todo en Salta. Sin embargo, a Andrea Neri, quien entonces tenía 18 años, no le importó el pasado y para ella el amor fue más fuerte, por lo que apostó a un noviazgo.
Luego, se quedó embarazada de "Chirete" y fue mamá. El 5 de enero de 2017, cuando el bebé de ambos cumplió los dos meses, Andrea decidió llevárselo a su pareja para que lo conociera. Esta vez, el femicida cumplía condena en la cárcel de Villa Las Rosas, donde volvió a matar.
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"Fue un caso único en el mundo, el primer caso que un preso mata a dos mujeres adentro de un penal", dijo a TN quebrado en llanto Juan Pablo Neri, padre de la segunda víctima.
Pasadas las 14 de esa tarde, Herrera y Andrea se fueron a la celda 372 del pabellón "E" en la tercera planta del penal para tener intimidad.
Al rato, Chirete salió solo con la criatura en brazos y se la entregó al guardia. "La maté por celos. No quería matarla, los celos me jugaron una mala pasada", les aseguró.
Andrea falleció tras recibir 35 puñaladas en el cuello.