Scaloni fue homenajeado fuera de Argentina y terminó hundido en un mar de lágrimas
Lionel Scaloni no es solo un ídolo en Pujato y en todos los rincones de Argentina. Mucho antes de coronarse campeón del mundo con la Selección en Qatar, el Gringo ya era uno de los grandes héroes de La Coruña, específicamente en el Depor, donde dejó su huella como jugador hace casi dos décadas, y este martes volvió a causar revuelo en la ciudad.
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Acompañado por sus dos hijos, Ian y Noah, y vestido con la camiseta blanquiazul, el técnico santafesino pisó el campo de juego del Riazor, recibió la insignia de oro y diamantes del club de manos del presidente Álvaro García Diéguez, y las tribunas estallaron con aplausos y ovaciones.
Con lágrimas en los ojos por la emoción del momento, Scaloni alzó los brazos en señal de agradecimiento a los hinchas, acarició el verde césped donde brilló en sus tiempos de futbolista entre 1997 y 2006 y realizó el saque de honor en el entretiempo del partido contra Atlético Arteixo, rindiendo homenaje a Arsenio Iglesias, otra leyenda de la institución.
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Horas después del Memorial, el entrenador fue el protagonista del inicio de las fiestas de María Pita en la ciudad, donde leyó el tradicional pregón ante una multitud en el Ayuntamiento coruñés. "Venir al Deportivo fue la mejor elección de mi vida", aseguró.
Además, dejó pistas sobre su futuro como DT después de la Mayor: "Estoy seguro de que nuestros caminos se volverán a cruzar".