Qué se sabe sobre la Finalíssima entre Argentina y España: sede y fecha tentativa
Tras la culminación de la Copa América y la Eurocopa, la Conmebol y la UEFA ya tienen claro quiénes serán los protagonistas de la próxima edición de la Copa de Campeones Conmebol-UEFA, más conocida como la Finalissima.
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Argentina, bajo la dirección de Lionel Scaloni, y España, liderada por Luis de la Fuente, se medirán en este prestigioso torneo intercontinental. Sin embargo, la organización del evento enfrenta desafíos significativos en cuanto a la elección de la fecha y la sede del partido.
El principal reto para la organización de la Finalissima radica en encontrar una fecha adecuada en un calendario internacional cada vez más saturado. Tanto Argentina como España tienen compromisos ineludibles a lo largo de 2025, lo que difuculta la planificación del encuentro.
Inicialmente, se había planteado la posibilidad de que el partido se disputara en 2025, pero esta opción podría ser descartada debido a la falta de fechas disponibles.
Argentina, la actual campeona de la Copa América, tiene todas sus fechas FIFA del primer semestre de 2025 ocupadas con las Eliminatorias para el Mundial. Además, entre junio y julio de ese año, se llevará a cabo el Mundial de Clubes en Estados Unidos, un torneo en el que muchos jugadores clave podrían estar participando, lo que complicaría aún más la organización de la Finalissima durante ese período.
En la segunda mitad de 2025, cuando Argentina podría tener un respiro en su calendario entre octubre y noviembre, España enfrentará sus propias obligaciones con las Eliminatorias de la UEFA, lo que reduce las posibilidades de encontrar una fecha común.
Ante esta situación, la opción más viable parece ser marzo de 2026, cuando ambos equipos podrían tener un hueco en sus agendas.
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Otro aspecto crucial por definir es la sede del encuentro. En Europa, la edición anterior de la Finalissima se disputó en Wembley, Londres, lo que reduce las posibilidades de que el partido se juegue nuevamente en territorio inglés.
Ante esta situación, Estados Unidos emerge como el candidato más probable para albergar el evento. Con su infraestructura de primer nivel y su creciente interés por el fútbol, Estados Unidos ofrece una sede neutral y con acceso para fanáticos de ambos continentes.