Murió el Trinche Carlovich luego de sufrir un feroz asalto: el recuerdo de su paso por Mendoza

El ídolo rosarino muy querido en la Lepra mendocina, falleció este viernes a sus 74 años, luego de ser víctima de un robo y permanecer internado durante dos días.

El ex volante e ídolo de Central Córdoba de Rosario, Tomás Felipe Carlovich, quien también es adorado en Independiente Rivadavia, considerado como uno de los mejores futbolistas santafesinos de la historia, fue asaltado y golpeado en un barrio de la zona oeste de Rosario, y permaneció internado "inconsciente y en coma inducido" en la sala de terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (HECA).

Tras permanecer dos días en ese estado, el "Trinche" falleció este viernes a la mañana. 

El histórico jugador rosarino fue víctima de un violento robo para sustraerle su bicicleta y tras permanecer internado, no pudo soportar una operación de urgencia por un edema y dejó este mundo.

Feroz robo y ataque al Trinche Carlovich: está en coma

En declaraciones al canal santafesino 5RTV, Bruno Carlovich, uno de los hijos del "Trinche" explicó que su padre "venía en su bicicleta y se le pusieron dos pibes a la par para asaltarlo y uno le pegó un palazo en la cabeza. Está mal por el palazo y por el golpe que se dio cuando cayó". 

Tiempo atrás, el histórico futbolista habló con Diario Vox Populi en el que recordó su pasó y el cariño que tuvo por Mendoza. Te compartimos parte de aquella charla.

-¿Qué recuerdos tiene de Mendoza?

-Los mejores. Haber jugado en la Lepra es lo más lindo que me pasó. Me arrepentí haberme ido a Colón. Fue un error. Si me hubiera quedado ahí, todavía viviría en Mendoza.

-En Mendoza lo recuerdan con mucho cariño.

-Es que allá es otra cosa. El mendocino es muy amable. Vivía enfrente del Gato Garín, que recién empezaba a atajar. La madre y el padre se preocupaban mucho por nosotros. Nos traían lo que hacían de comer. Así todos, eh. En Mendoza, donde iba, era una atención bárbara.

-Usted era un mimado en Independiente.

-Sí. un día estaba esperando para cobrar debajo de la tribuna. Estaba hablando con Palavecino y los muchachos y les digo que tenía ganas de ponerme una pilchería, un local para vender ropa. Justo pasó un dirigente. Al otro día me llaman. "La Comisión quiere hablar con usted, Carlovich". Sí, cómo no. Voy. Estaban todos. Me dicen: "Busque el lugar, donde le guste y le ponemos la pizzería". No, les digo, no. Lo que yo quiero hacer es una pilchería, pero es para mí. No quiero nada del club. No sabía cómo agradecerles. Siempre me trataron muy bien.

-Años después jugó en el Deportivo Maipú.

-Sí. Me vino a buscar Felipe Bellene, la casa que le conviene, ja. Me vinieron a buscar porque habían comprado un nueve y no hacía goles. Estaban últimos y terminamos segundos o terceros. El nueve hizo varios goles. Eso fue una sociedad. Él necesita del gol y yo necesito darle los pases.

-Somos muchos que por una cuestión de edad no lo vimos jugar. Además, no hay registros fílmicos de partidos suyos. ¿Nos puede decir cómo era dentro de una cancha?

-La verdad, no sé responderte. Yo quería siempre tener la pelota. La buscaba, me mostraba. Quería hacer todo. Cuando pasaba un rato y no tenía la pelota, me volvía loco. A la pelota hay que tratarla de vos, no de usted. El tipo que trata a la pelota de usted es porque no le tiene cariño. Hay que tratarla suave, como a una mujer. Si a una mujer la tratás mal, se te va. Con una pelota es lo mismo. 


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