Doménico Cirasino y su arte de la realidad virtual
Su obra fusiona los procedimientos convencionales de la plástica con la incorporación de innovaciones tecnológicas, a través de lenguajes de programación y dispositivos digitales.
Doménico Cirasino nació en Mendoza el 4 de junio de 1984. Estudió la licenciatura y el profesorado en Artes, en la Universidad Nacional de Cuyo. Se especializó en grabado, dibujo y pintura. Desde el 2005 se dedica al arte digital, la animación y el modelado 3D. Actualmente, dicta diversos cursos vinculados a estas tecnologías, en el Instituto Tecnológico Nacional y forma parte del mercado internacional en el desarrollo de videojuegos.
Su obra unifica los procedimientos tradicionales del arte plástico con las nuevas tecnológicas digitales, a través de lenguajes de programación y dispositivos virtuales. Esto lo llevó a recibir el premio Plataforma Futuro otorgado por el Ministerio de Cultura de la Nación.
Además, participó de múltiples exposiciones colectivas e individuales en el Espacio Cultural Julio Le Parc, en 2013, y en el Espacio de Arte Gaudi, en 2014. Una de sus muestras particulares más reconocidas fue Invocaciones, en el Espacio Contemporáneo de Arte (ECA), en 2016, exposición que le valió excelentes críticas.
Ahora, Cirasino tendrá la oportunidad de presentar sus innovadores trabajos en la Feria Internacional del Libro de Cuba 2019. “Siento esto como un reconocimiento. Es algo muy lindo que te reconozcan el laburo que venís haciendo, desde hace mucho tiempo. Esto es una apertura para que se nos muestre afuera. Es el reconocimiento más importante que me han hecho, a nivel provincial. Estoy feliz. Aparte salís a la aventura con compañeros, eso está buenísimo”, dijo.
El plástico todavía no ha definido lo que presentará en la fiesta de las letras de la isla. Si bien tiene algunas ideas en mente, esperará a terminar el año laboral para abocarse exclusivamente en las obras que exhibirá en Cuba.
Diferentes momentos de su vida lo impulsaron a conectarse con el mundo tecnológico, que marcaron su estilo artístico: “A los 10 años, mi mamá me regaló un súper nintendo. Desde esa etapa hasta toda mi formación profesional, la mezcla analógica-digital fue algo que se dio en mi evolución de vida”, recordó.
Para apreciar sus obras es importante la participación del espectador. Sus imágenes cobran vida a partir de la mediación de la tecnología. En diferentes exposiciones que realizó, el público debió descargar una aplicación para así disfrutar el arte virtual de Cirasino: “La gente se copa y se baja la aplicación, para vivir esa experiencia. Fue interesantísimo que no pude determinar mi target. Se coparon niños, adolescentes, adultos, gente mayor, de todo”, reconoció.
Según el artista visual, es difícil saber qué experimenta el público al ver e interactuar con sus obras. Ya que cada espectador tiene su propia historia y una forma particular de ver el mundo. Cada persona tiene una experiencia individual y singular con la obra.
Los esqueletos humanos y de conejos son las principales figuras que se pueden percibir en los trabajos del joven artista mendocino. En un primer contacto con sus obras, podemos pensar que Cirasino manifiesta un estilo oscuro en su arte. Pero él rechazó esta visión: “Hay gente que dice que mis pinturas tienen una connotación crippie, depresivas u oscuras. Para mí no es así. Lo que hago es despojar al hombre de la piel, del género, de la raza y unificarlo en un solo elemento”, aseguró.
Y agregó: “Las figuras de mis obras no están muertas, siempre están en acciones, no son cadáveres. Es un simbolismo, buscando siempre un impacto. Puede ser que mis imágenes sean oscuras, pero no porque sean esqueletos, sino porque los humanos tenemos esa percepción. No tengo ganas de pintar unicornios vomitando arcoíris”.
Para conocer más sobre la obra del autor, visitar su página web http/:domenicocirasino.com/.