Dr. Who: a través de los años y el espacio

Probablemente nadie tenga tiempo –o ganas– de ver 826 episodios de una serie, lo que parece ser la primera barrera (y única, en realidad) para ver Dr. Who, la serie de ciencia ficción de la BBC que lleva más de 50 años en el aire.


Es difícil imaginar cómo una serie puede seguir en el aire durante tanto tiempo. Primero hay que aclarar que desde sus inicios, y a pesar del bajísimo presupuesto con el que contaba, y que se notaba en los efectos especiales, la serie fue un éxito. La historia del extraterrestre del planeta Gallifrey conocido como El Doctor resultó cautivante para grandes y chicos de Inglaterra, y con el paso de los años su éxito fue global.


La maquinaria necesaria para que un show dure tanto tiempo proviene de la misma mitología del programa: los nativos de Gallifrey, conocidos como “señores del tiempo”, son inmortales. Cada vez que mueren se regeneran, pero cambian de aspecto, lo que hace posible que diferentes actores interpreten al Doctor en distintas temporadas. Así, en sus años de programa ya se vieron 13 encarnaciones diferentes del doctor.


Un poco de historia


Dr. Who comenzó a emitirse en 1963, en la BBC. El formato que mantuvo hasta 1989 fue de seriales, es decir, temporadas cortas que contaban historias más o menos autoconcluyentes. Luego entró en un hiatus producto de problemas con la licencia que duró hasta el 2005, cuando la cadena decidió relanzar el producto, pero manteniendo la mitología que se había gestado durante los primeros 25 años.


La primera temporada de la nueva entrega fue bien aceptada por los fanáticos y la crítica, pero el público neófito no la recibió tan bien debido a la bajísima calidad de sus efectos especiales y a lo denso de la historia que el Doctor tenía detrás. De todas maneras, la serie continuó y volvió al éxito de manos de Steven Moffat (el mismo de otros hits como Sherlock y Downton Abbey), y algunos de los mejores doctores en la historia del personaje, como David Tennant.


Amor y odio


Dr. Who es una serie polarizante. El hecho de que sea una serie netamente de ciencia ficción aleja a buena parte del público posible, pero también en lo que llama a los millones de fanáticos que tiene en el mundo –los whovians–, y que llegan al punto de realizar convenciones con esa temática.


Quienes le dan una oportunidad se encuentran con un producto mucho más profundo de lo que parece en un primer momento. Los viajes en la Tardis (la nave/máquina-del-tiempo que utiliza en Doctor y que está camuflada como una cabina inglesa para llamar a la policía de los años 60s) llevan a lugares insospechados, desde la Francia que rechazaba a Vincent van Gogh hasta un asteroide en el que está encadenada una criatura que podría llegar a ser Satanás.


Los acompañantes del Doctor, generalmente chicas jóvenes, también llevan a planteos sobre la relación de un ser prácticamente inmortal en un universo destinado a desaparecer.


Con 53 años en sus espaldas, la serie no da indicios de desaparecer, ya que hay confirmadas tres temporadas más, hasta el 2020.