Calu Rivero: “Me considero una persona muy afortunada”
Por Fernando Gabrielli
Catamarqueña de nacimiento y cordobesa por adopción, ya que a los 6 años se instaló con su familia en esa provincia. A los 19 años se mudó a Buenos Aires persiguiendo su objetivo de actuar en cine y televisión.
High: ¿Cuándo eras chicas jugabas a ser actriz?
Calu Rivero: Siempre fui muy movediza e inquieta. No sabía si iba a ser actriz, pero era graciosa. Cuando termine el colegio pensé en estudiar diseño de indumentaria, porque me gusta mucho la moda. Pero en Córdoba no existía la carrera por ende me inscribí en Ingeniería Industrial. Pero duré muy poco… no tenía nada que ver. De hecho cursé un par de materias y me dejaron cambiarme a teatro. Y al año de eso me fui a vivir a Buenos Aires.
H: ¿Alguien de tu familia se había dedicado a la actuación?
CR: No, pero mi abuelo es escritor. Sin dudas la veta artística viene por ese lado, sobre todo porque la viví junto a él desde chiquita. Él fue el creador del “Festival del Cabrito” y se destacó en Catamarca por desarrollar una importante labor social, cultural y educativa.
H: ¿Cuántos años tenías cuándo llegaste a Buenos Aires?
CR: Tenía 19 años.
H: ¿Fue muy difícil? ¿Qué hacías?
CR: Fue durísimo. Mis papás me ayudaron mucho el primer año. Estudiaba teatro. Mientras tanto iba a Córdoba a grabar un programa de moda que salía en televisión de allá. Era la conductora. Era un programa familiar. Los fines de semana grababa y el resto de la semana estaba en Buenos Aires. Fue un año raro, porque en realidad no estaba en ninguno de los dos lugares.
H: ¿Eso te llevó a radicarte en Buenos Aires?
CR: Sí sí, un tiempo después quedé definitivamente radicada en Buenos Aires. Y mientras estudiaba teatro hacía muchos castings. Pero no quedaba en niguno (risas). La verdad es que no entendía que pasaba. Pero después comprendí que era porque no estaba dando lo que tenía que dar. Y eso tenía que ver sobre todo con la tranquilidad. H: ¿Cuál fue el primer casting en el qué quedaste?
CR: Quedé en “Patito Feo”.
H: ¿Y de qué hacías?
CR: Tenía que ser más mala que la mala, más concheta…más todo (risas). Fue un gran desafío, pero estuvo muy bueno. Tenía 21 años.
H: Ahí confirmaste que lo tuyo era la actuación…
CR: Sí claro, era una mezcla de excitación con miedo y muchas cosas más. Realmente era miedo por poder hacer lo que me gusta y sobre todo por cumplir mi sueño de estar actuando.
H: ¿Cómo fue empezar a salir y qué la gente te pida una foto o un autógrafo?
CR: Al principio fue algo extrañísimo. Era difícil entenderlo. Igualmente hoy creo que es aún más extraño, sobre todo por las redes sociales. Es como que de alguna manera se acortó la brecha. Hoy las chicas son como amigas, directamente. Es todo muy rápido. Me encuentro en dos segundos, en mi twitter, con una foto que alguien se acaba de sacar conmigo en la calle. Además es como que saben todo sobre lo que hacemos.
Catamarqueña de nacimiento y cordobesa por adopción, ya que a los 6 años se instaló con su familia en esa provincia. A los 19 años se mudó a Buenos Aires persiguiendo su objetivo de actuar en cine y televisión.
High: ¿Cuándo eras chicas jugabas a ser actriz?
Calu Rivero: Siempre fui muy movediza e inquieta. No sabía si iba a ser actriz, pero era graciosa. Cuando termine el colegio pensé en estudiar diseño de indumentaria, porque me gusta mucho la moda. Pero en Córdoba no existía la carrera por ende me inscribí en Ingeniería Industrial. Pero duré muy poco… no tenía nada que ver. De hecho cursé un par de materias y me dejaron cambiarme a teatro. Y al año de eso me fui a vivir a Buenos Aires.
H: ¿Alguien de tu familia se había dedicado a la actuación?
CR: No, pero mi abuelo es escritor. Sin dudas la veta artística viene por ese lado, sobre todo porque la viví junto a él desde chiquita. Él fue el creador del “Festival del Cabrito” y se destacó en Catamarca por desarrollar una importante labor social, cultural y educativa.
H: ¿Cuántos años tenías cuándo llegaste a Buenos Aires?
CR: Tenía 19 años.
H: ¿Fue muy difícil? ¿Qué hacías?
CR: Fue durísimo. Mis papás me ayudaron mucho el primer año. Estudiaba teatro. Mientras tanto iba a Córdoba a grabar un programa de moda que salía en televisión de allá. Era la conductora. Era un programa familiar. Los fines de semana grababa y el resto de la semana estaba en Buenos Aires. Fue un año raro, porque en realidad no estaba en ninguno de los dos lugares.
H: ¿Eso te llevó a radicarte en Buenos Aires?
CR: Sí sí, un tiempo después quedé definitivamente radicada en Buenos Aires. Y mientras estudiaba teatro hacía muchos castings. Pero no quedaba en niguno (risas). La verdad es que no entendía que pasaba. Pero después comprendí que era porque no estaba dando lo que tenía que dar. Y eso tenía que ver sobre todo con la tranquilidad. H: ¿Cuál fue el primer casting en el qué quedaste?
CR: Quedé en “Patito Feo”.
H: ¿Y de qué hacías?
CR: Tenía que ser más mala que la mala, más concheta…más todo (risas). Fue un gran desafío, pero estuvo muy bueno. Tenía 21 años.
H: Ahí confirmaste que lo tuyo era la actuación…
CR: Sí claro, era una mezcla de excitación con miedo y muchas cosas más. Realmente era miedo por poder hacer lo que me gusta y sobre todo por cumplir mi sueño de estar actuando.
H: ¿Cómo fue empezar a salir y qué la gente te pida una foto o un autógrafo?
CR: Al principio fue algo extrañísimo. Era difícil entenderlo. Igualmente hoy creo que es aún más extraño, sobre todo por las redes sociales. Es como que de alguna manera se acortó la brecha. Hoy las chicas son como amigas, directamente. Es todo muy rápido. Me encuentro en dos segundos, en mi twitter, con una foto que alguien se acaba de sacar conmigo en la calle. Además es como que saben todo sobre lo que hacemos.