Una campaña para repudiar a docentes que usan términos violentos contra los estudiantes
Gentileza Mendoza Académica
“Vos sos la típica mina que viene a estudiar Ingeniería para conseguir marido”. Así, sin más, esta frase se repite desde hace años en los pasillos de una facultad donde se forman gran parte de los ingenieros y las ingenieras de la provincia. “La discriminación es una de las manifestaciones más comunes de la violencia”, dice Bruno Sasschetti, presidente del Centro de Estudiantes y uno de los promotores de esta campaña, que tiene como lema: “La violencia dejó de ser divertida”.
Violencia de género, verbal, psicológica, humillación, muestras de superioridad frente a los estudiantes y exposición frente al resto de sus compañeros, son algunos de los rasgos más evidentes de las agresiones que reciben los futuros ingenieros. Actualmente, el Consejo Departamental se encuentra en proceso de elaboración de un protocolo para tratar este tipo de casos de violencia. Según los representantes del Centro de Estudiantes, la respuesta de los directivos ha sido acorde a la demanda y están mostrando interés en colaborar para solucionar este conflicto.
Sasschetti asegura que el fin de esta campaña “no es lanzarle piedras a los docentes que han incurrido en actos de violencia verbal”, sino que lo que busca es que tomen conciencia de cuánto afectan sus palabras a los estudiantes y cambien de actitud.
“La violencia verbal está muy naturalizada, al punto que algunos profesores no se dan cuenta de la violencia de sus comentarios”, relata Bruno, quien asegura haber charlado esto con un profesor al que se le remarcó estas actitudes y que si bien se mostró arrepentido, dijo no “haberse dado cuenta de que agredía”.
Cabecitas negras
En una marcada contradicción con los orígenes de esta casa de estudios, que fue conocida en sus orígenes como la “Universidad de los obreros”, ahora es muy común escuchar a algunos profesores que se refieren justamente a éstos como las “cabecitas negras que pican por nosotros”.
“Hay que darles órdenes básicas a los egipcios para que nos hagan caso, sino no entienden”, es una frase de las frases que dice más del docente que de los obreros a los que se refiere.
Violencia de género
Las mujeres conforman el sector más agredido por los profesores y los mismos compañeros. Con un porcentaje aún bajo de estudiantes mujeres, existen carreras como la Ingeniería Electromecánica, donde la proporción femenina es de 1 en 10, en comparación con sus compañeros hombres.
En Ingeniería Química el caso es distinto, ya que casi la mitad de los estudiantes son mujeres, aunque de todos modos, no sirva para equilibrar la balanza general, que le sirve de argumento para algunos que quieren seguir pensando que las ingenierías “son carreras para hombres”.
“Esto pasa en las Ingenierías, porque en las carreras pagas de la Facultad, la presencia femenina es proporcionalmente opuesta”. Ailen Antolin, secretaria de Prensa del Centro de Estudiantes, cuenta que muchas alumnas se han comunicado con el CETEM a través de Facebook, aunque todavía sienten temor de hacerlo personalmente.
Intimidación
Como un nombre prohibido, muchos de los estudiantes consultados hablan de un profesor de primer año que es temido por todos y al que “ni siquiera se atreven a cuestionarle las calificaciones”, por temor a ser expuestos o identificados como “puntos” y no poder aprobar jamás la materia. Con un estilo bastante particular, éste y otros profesionales son acusados por sus estudiantes de generar situaciones de poder, en que apelan a la exposición de los errores para reproducir juicios entre estudiantes.
“Vos sos la típica mina que viene a estudiar Ingeniería para conseguir marido”. Así, sin más, esta frase se repite desde hace años en los pasillos de una facultad donde se forman gran parte de los ingenieros y las ingenieras de la provincia. “La discriminación es una de las manifestaciones más comunes de la violencia”, dice Bruno Sasschetti, presidente del Centro de Estudiantes y uno de los promotores de esta campaña, que tiene como lema: “La violencia dejó de ser divertida”.
Violencia de género, verbal, psicológica, humillación, muestras de superioridad frente a los estudiantes y exposición frente al resto de sus compañeros, son algunos de los rasgos más evidentes de las agresiones que reciben los futuros ingenieros. Actualmente, el Consejo Departamental se encuentra en proceso de elaboración de un protocolo para tratar este tipo de casos de violencia. Según los representantes del Centro de Estudiantes, la respuesta de los directivos ha sido acorde a la demanda y están mostrando interés en colaborar para solucionar este conflicto.
Sasschetti asegura que el fin de esta campaña “no es lanzarle piedras a los docentes que han incurrido en actos de violencia verbal”, sino que lo que busca es que tomen conciencia de cuánto afectan sus palabras a los estudiantes y cambien de actitud.
“La violencia verbal está muy naturalizada, al punto que algunos profesores no se dan cuenta de la violencia de sus comentarios”, relata Bruno, quien asegura haber charlado esto con un profesor al que se le remarcó estas actitudes y que si bien se mostró arrepentido, dijo no “haberse dado cuenta de que agredía”.
Cabecitas negras
En una marcada contradicción con los orígenes de esta casa de estudios, que fue conocida en sus orígenes como la “Universidad de los obreros”, ahora es muy común escuchar a algunos profesores que se refieren justamente a éstos como las “cabecitas negras que pican por nosotros”.
“Hay que darles órdenes básicas a los egipcios para que nos hagan caso, sino no entienden”, es una frase de las frases que dice más del docente que de los obreros a los que se refiere.
Violencia de género
Las mujeres conforman el sector más agredido por los profesores y los mismos compañeros. Con un porcentaje aún bajo de estudiantes mujeres, existen carreras como la Ingeniería Electromecánica, donde la proporción femenina es de 1 en 10, en comparación con sus compañeros hombres.
En Ingeniería Química el caso es distinto, ya que casi la mitad de los estudiantes son mujeres, aunque de todos modos, no sirva para equilibrar la balanza general, que le sirve de argumento para algunos que quieren seguir pensando que las ingenierías “son carreras para hombres”.
“Esto pasa en las Ingenierías, porque en las carreras pagas de la Facultad, la presencia femenina es proporcionalmente opuesta”. Ailen Antolin, secretaria de Prensa del Centro de Estudiantes, cuenta que muchas alumnas se han comunicado con el CETEM a través de Facebook, aunque todavía sienten temor de hacerlo personalmente.
Intimidación
Como un nombre prohibido, muchos de los estudiantes consultados hablan de un profesor de primer año que es temido por todos y al que “ni siquiera se atreven a cuestionarle las calificaciones”, por temor a ser expuestos o identificados como “puntos” y no poder aprobar jamás la materia. Con un estilo bastante particular, éste y otros profesionales son acusados por sus estudiantes de generar situaciones de poder, en que apelan a la exposición de los errores para reproducir juicios entre estudiantes.