Qué dicen las primeras hipótesis sobre el accidente del jet privado de Jorge Brito
La Justicia avanza en el análisis del accidente aéreo ocurrido cerca del aeropuerto de San Fernando, bajo la supervisión del Juzgado Federal N°1 de San Isidro, a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado. Entre las líneas de investigación, se evalúan posibles fallas humanas y operativas.
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La Junta de Seguridad en el Transporte (JST) apunta como hipótesis preliminar a un posible "error humano" del piloto Martín Fernández Loza, quien habría aterrizado el vehículo de Jorge Brito fuera del punto ideal. Según el informe, la aeronave, un Bombardier Challenger 300, tocó tierra con apenas 280 metros de margen hasta el alambrado perimetral, provocando un impacto a 380 km/h. El choque destruyó el fuselaje y generó la explosión de los tanques de combustible, situados en las alas.
El avión descendió paralelo al río Reconquista, giró para alinearse con la pista y terminó cruzando la avenida Hipólito Yrigoyen y la calle Charlín, hasta incrustarse en una vivienda. Las víctimas, Fernández Loza y Agustín Orforte, quedaron atrapadas en la cabina, la única parte que permaneció intacta. Pericias iniciales de la Policía Federal Argentina sugieren que fallecieron por intoxicación con monóxido de carbono, hallándose ambos cuerpos con los cinturones desabrochados.
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Aunque los bomberos locales llegaron rápidamente, se investiga la actuación del cuerpo de rescate del aeropuerto. Previamente, auditorías internacionales de la OACI habían señalado deficiencias en los equipos de emergencia en aeropuertos argentinos, cuestionando su capacidad para responder ante siniestros.
El avión contaba con un CVR (Cockpit Voice Recorder), dispositivo que grabó los últimos minutos de conversación entre los pilotos. Este material podría ser determinante para esclarecer los hechos.