La oscura trama detrás de la mujer policía que asesinó a sus hijos en San Luis
El caso de Marina Silva, la subinspectora de la Policía de San Luis que asesinó a sus dos hijos, Bautista y Sofía, sigue conmocionando a la provincia y al país. La historia tomó un nuevo giro con las revelaciones de su madre, Paola Núñez, quien expuso una trama oscura y compleja que rodea este trágico suceso.
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En una reciente entrevista con el medio El Chorrillero, Núñez compartió detalles sobre las circunstancias que llevaron a su hija a cometer el atroz crimen, sumando nuevos elementos que profundizaron el misterio sobre el estado mental de Silva y las posibles causas detrás del doble asesinato.
Una de las revelaciones más impactantes de Núñez fue la adicción de Silva al juego, específicamente a las apuestas en casinos online. La madre de la subinspectora explicó que su hija gastaba mucho más de lo que ganaba en su trabajo, acumulando una deuda que alcanzaba los 6,7 millones de pesos, según registros del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
"Si vos le veías el placard, tenía perfumes que ni siquiera los abría, ropa que ni siquiera usaba", comentó Núñez, describiendo cómo Silva gastaba enormes sumas de dinero en artículos de lujo, aparentemente como un esfuerzo por darles a sus hijos una vida que ella consideraba ideal.
Un segundo motivo aún no revelado
Sin embargo, la madre de Silva sugirió que la deuda no era el único motivo detrás del crimen. Durante la entrevista, mencionó la existencia de un "segundo motivo", pero evitó entrar en detalles, afirmando que esa información ya había sido presentada a la Justicia. "Quizás más adelante se enteren y sepan todo. Ahora no lo puedo decir, pero sí, hay algo más", indicó Núñez, dejando entrever que el trasfondo del caso podría ser aún más complejo de lo que se ha conocido hasta ahora.
"Mi hija hace dos años que ya no tenía que ser policía. Cuando entró en un tratamiento psicológico y psiquiátrico, ya no tenía que haber sido policía. Tenían que haberle sacado el arma", enfatizó Núñez, sugiriendo que las instituciones responsables no tomaron las medidas adecuadas para proteger a Silva ni a su entorno.
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Para la madre de Silva, su hija nunca estuvo preparada para ser agente de las fuerzas de seguridad ni para el papel de madre. Recordó un episodio particularmente perturbador en el que Silva la llamó a las cinco de la mañana, llorando, tras haber asistido a un caso difícil en su labor policial.