Caputo busca seducir a los banqueros con una medida que trajo problemas en el 2001
El gobierno argentino está explorando la posibilidad de realizar el canje de la deuda en pesos con vencimiento este año, un monto que podría superar los 71.000 millones de dólares, según fuentes cercanas.
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La iniciativa liderada por el ministro de Economía, Luis Caputo, busca extender los vencimientos a 2025 y reducir el costo financiero de la deuda, marcando lo que podría convertirse en el canje de bonos más grande en la historia de Argentina.
En una reunión llevada a cabo el jueves pasado con representantes de bancos locales y extranjeros, Caputo y el secretario de Hacienda, Pablo Quirno, presentaron el plan que involucra la emisión de nuevos bonos en pesos en febrero para canjear los títulos con vencimiento en 2024. La propuesta contempla un canje de deuda en pesos que podría alcanzar los 71.000 millones de dólares.
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El ministro Caputo comunicó a los banqueros que, de concretarse el canje voluntario en febrero, se reduciría el déficit financiero a cero en 2024. La oferta incluirá bonos vinculados al Índice de Precios al Consumidor (IPC), con el objetivo de reestructurar el calendario de vencimientos en moneda local a corto plazo. Este enfoque busca aliviar la presión financiera y lograr un equilibrio fiscal.
Si el canje resulta exitoso, se convertiría en la mayor refinanciación de deuda interna en la historia de Argentina. Aunque las negociaciones están en curso y los términos de la propuesta podrían cambiar, la iniciativa refleja la estrategia del gobierno para gestionar su carga de deuda y allanar el camino hacia la estabilidad económica.
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Las autoridades económicas aseguran que el canje será voluntario y se adaptará a las necesidades de los bancos, con bonos ofrecidos a precios de mercado y proponen la emisión de bonos vinculados a la inflación con vencimientos en 2025, 2026 y 2027 como una opción para el canje.
Con la presión sobre los pagos de deuda del Tesoro argentino en moneda local para este año estimados en 57,5 billones de pesos (aproximadamente 71.000 millones de dólares), el gobierno busca asegurar una reestructuración que contribuya a estabilizar sus finanzas.