Problemas en la huerta: ¿por qué se rajan o agrietan los tomates?

Si bien tener una huerta en casa es relativamente fácil, tener toda la información te evitará la frustración de ver arruinarse los frutos. Conoce por qué se rajan o agrietan los tomates.

Cuando te inicias en el cultivo de una huerta en casa, una de las plantas que de seguro tendrás serán tomates. Este fruto es muy sencillo de cultivar ya que es una planta que no crece demasiado y se adapta a cualquier espacio con sol y tierra. Es por eso que encontramos tomates tanto en jardines como en huertas urbanas en macetas.

Muchas veces, en el afán de cuidar tu huerta o por ansiedad, nos excedemos en fertilizantes, riego o poda y terminamos perjudicando nuestras plantas. Si esto te sucede a ti, no te frustres ni te desanimes, sólo necesitas algo más de información para poder encontrar el equilibrio necesario para poder tener una huerta saludable y, como veremos en esta nota, para saber por qué se rajan o agrietan los tomates.

Evita que se rajen o agrieten los tomates con estos cuidados

Las condiciones ambientales, genéticas y los errores en los cuidados hacen que se produzca el agrietamiento de la piel de los tomates. Cuando se raja o agrieta la piel del fruto puede hacernos perder la cosecha de tanto cuidamos porque se empieza a seca su interior o puede ser atacado por moscas que terminan pudriendo toda la cosecha.

Lo primero que debes tener en cuenta es estar haciendo un riego correcto ya que la excesiva humedad es el factor principal que causa que se rajen o agrieten los tomates de tu huerta. Ya sea por riego o por precipitaciones pluviales el riego debe ser uniforme, constante y regular, esto quiere decir que no debes encharcar la planta y cuidar la presión del agua ya que si recibe mucha presión de agua comenzarán a agrietarse.

Si después de un periodo húmedo, la planta de tomates pasa por un periodo de sequía, el problema del agrietamiento empeora. Además, no es recomendable mojar la piel del tomate, mucho menos en los días de extremo calor, ya que el agua ablanda la piel y al secarse se endurece y se raja. Si la tomatera necesita de agua, lo hará saber porque sus hojas se mostrarán entristecidas. Presta atención a esta señal y asegúrate que tenga el riego justo.

Manejo de luz. Otro factor que produce que la piel de los tomates se rajen o agrieten, particularmente en frutos verdes, es la exposición a alta intensidad de la luz y temperaturas elevadas o cambios bruscos en la temperatura. Para evitar esto, es recomendable el uso de redes para sombra en tu huerta, son de extrema utilidad especialmente durante la primavera y el verano. También, en relación a esto, ten cuidado con la poda excesiva, las hojas le proveen sombra y controlan la temperatura de tus tomates.

Abono. Fertilizar de más es otro de los errores muy comunes y una de las razones por las que se rajan o agrietan los tomates. Sobre todo si decidimos colocar nitrógeno y calcio en los suelos. Si bien estos nutrientes se utilizan para para lograr que los tomates crezcan de tamaño y con una piel más resistente, el exceso no es bueno. En lugar de fertilizar con estos nutrientes puros, te recomendamos incorporar cáscaras de huevos molidas y secas en el sustrato.

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