Terrible historia mendocina: la justicia confirmó que un humilde albañil es hijo de un conocido bodeguero
Podría ser una novela de Nétflix o de cualquier otra plataforma internacional, pero tendría que ser filmada en Mendoza. No le faltaría ningún ingrediente de los culebrones típicos de la televisión. Así podría resumirse brevemente la historia de un humilde albañil al que la Justicia le confirmó que es hijo de un importante bodeguero.
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Su historia la contó en el canal TN. Allí Marcelo Urbano, un hombre trabajador y muy humilde que creció en la extrema pobreza relató que tras dos exámenes de ADN la justicia le confirmó que es hijo de Eduardo Lapania, dueño de la bodega San Cristobal.
El relato de su cruda historia, cuenta, comenzó en la Navidad de 1962, cuando con 19 años fue violada por el hijo menor de la familia Lapania, dueña de la finca donde trabajaba como mucama en Córdoba. Allí comenzó el calvario de esta mujer y empezó a trazarse el destino de Marcelo.
"Mi mamá no estaba preparada para criarme", cuenta Marcelo a Telenoche y explica que ella lo abandonó y fue criado por su abuela en el campo donde pasó días sin comer y compartía cama con sus familiares.
Al cumplir los 18 años se enteró de la verdad y fue en busca de su padre. Supo que se llamaba Eduardo Lapania, Se reunió con él pero el empresario le dijo que no sabía quien era su madre.
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No volvió a saber de él hasta que tuvo hijos y ellos empezaron a preguntar sobre su pasado, quién era su padre y la triste historia volvió a salir a flote.
En 2019, impulsado por ellos, inició un juicio de filiación. El primer ADN, realizado por el Laboratorio de Inmunogenética y diagnóstico Molecular, le dio 99,7% de compatibilidad con el dueño de la Bodega San Cristóbal, quien negó el estudio y pidió uno nuevo en un laboratorio designado por él.
El sitio de TN revela que el otro examen de ADN se hizo en el Centro de excelencia en productos y procesos de córdoba (CEPROCOR), y fue aún más exacto: 99.9 %.
Así las cosas, la Justicia ratificó que Marcelo Urbano es hijo biológico de Eduardo Lapania, uno de los propietarios de la conocida bodega mendocina Don Cristóbal, que exporta vinos a más de 15 países. El hombre, además, es geólogo de profesión y -según señala en su cuenta de Instagram- cónsul honorario de Bélgica.
La historia dice que mientras Marcelo tramitá su nuevo DNI que llevará el apellido Urbano Lapania, su padre sigue negando lo que la evidencia muestra. Además, le inició una demanda por más de 100 millones de pesos, por la falta de oportunidades en todos estos años. "Quiero reivindicar el nombre de mi madre, que siempre me dijo la verdad", asegura Marcelo.