Acoso sexual, viajes y corrupción: el espeluznante prontuario del funcionario que echó Petri
El reciente desplazamiento del brigadier Fernando Luis Mengo como jefe de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) desató un escándalo en el ámbito castrense y en el Ministerio de Defensa. Las acusaciones en su contra incluyen el "uso indebido de aeronaves oficiales" para fines personales y presuntos casos de acoso sexual que habrían sido encubiertos dentro de la institución.
Petri echó al Jefe de la Fuerza Aérea por abuso de poder y corrupción
Fuentes oficiales confirmaron que una de las denuncias contra Mengo fue realizada por una mujer miembro de la fuerza. Según trascendió, esta no sería la única acusación de acoso, pero ninguna había avanzado debido a un supuesto encubrimiento por parte del director de la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (DNIEM), Marco Alberto Constenla. "La amistad entre Mengo y Constenla habría impedido el avance de estas causas, que quedaban sistemáticamente cajoneadas", señalaron los voceros.
El vínculo entre ambos también quedó expuesto en el uso irregular de recursos de la Fuerza Aérea. Según las denuncias, Mengo utilizaba helicópteros oficiales para realizar viajes recreativos a Entre Ríos, acompañado por Constenla, su predecesor Francisco Javier Moliterno, y otros allegados. Estas actividades incluían reuniones privadas como asados, lo cual está expresamente prohibido para aeronaves de la FAA.
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Además, se reportó que Mengo empleaba aviones oficiales para trasladar a familiares y amigos a distintas provincias con fines turísticos. Videos de seguridad que documentan estas actividades ya estarían en poder del Gobierno Nacional, lo que reforzó las evidencias en su contra.
El ministro de Defensa, Luis Petri, fue quien decidió apartar a Mengo tras recibir informes sobre las irregularidades y las denuncias por acoso que no habían prosperado en la Dirección de Inteligencia Militar. Según trascendió, una de las denunciantes optó por presentar su caso directamente a funcionarios de la gestión de Javier Milei, quienes llevaron la situación al ministro.
El caso pone en jaque no solo a la gestión del exjefe de la FAA, sino también al sistema interno de control y transparencia de las fuerzas armadas, evidenciando la necesidad de una revisión profunda de las estructuras encargadas de investigar este tipo de denuncias.