La ortiga: una poderosa planta milenaria

Aunque es una planta silvestre, incluso algunos la consideran una "hierba mala" o "yuyo", la ortiga es una poderosa planta milenaria. Sus propiedades la transforman en una de las hierbas medicinales más antiguas del planeta tierra pero se le puede dar múltiples usos, entre los que podemos destacar el uso para repelentes caseros para luchar contra plagas e insectos dañinos.

La ortiga no suele ser bien vista por los jardineros debido que entre sus características es que es bastante desagradable al tacto, sus tallos y hojas poseen pequeños pelos urticantes que causan irritación en la piel con un simple roce, por lo que encontrarse con esta planta cuando estás arreglando el jardín puede ser bastante molesto o doloroso. Esta es la razón por la cual a la ortiga también se la conoce con el nombre de "urtica". En la actualidad se conocen más de 32 variedades de esta planta. 

Usos y propiedades esta poderosa planta milenaria

A pesar de ser una planta hostil al tacto, con unos guantes de jardinería es fácil de recolectar. Sólo necesitas unos buenos guantes y un muy buen lavado para que puedas empezar a trabajar con esta planta milenaria. La ortiga es remineralizante y vitamínica debido a sus composiciones químicas ya que contiene: calcio, hierro, fósforo, potasio, vitaminas A, C, K y parte del grupo B. Entre sus usos medicinales, los más conocidos son para disminuir los niveles de glucemia y presión arterial, a la vez que favorece la absorción de hierro.

Externamente, se busca esta planta para aliviar dolencias provocadas por la artritis, como también para aliviar el malestar en caso de padecer hemorroides. También, la ortiga es muy requerida en el mundo de la cosmética, ya que se la emplea para realizar productos contra la caída del cabello, la caspa y el acné. Además, es un ingrediente indispensable en las cremas antiage.

Pero los beneficios de la ortiga no son sólo para los humanos, las plantas de tu jardín también pueden verse favorecidas por las propiedades de esta poderosa planta milenaria. Con tan sólo mezcla en un litro de agua hirviendo con un puñado de ortiga, consigues un repelente natural que evita insectos como pulgones, mosca blanca y ácaros.